Mansión - Castillo

Un increíble abandono que visité el mismo día que el Seminario, y con la misma buena compañía: Sara, Marc, Fraile Alegre, Xanadú, Igor, Álex, y Jose.

Este lugar, como todos, tuvo su época de mejor conservación; pero cuando se fue descubriendo fue siendo frecuentado por gente con intenciones muy distintas a las de los exploradores, y lo han ido deteriorando.

Después pasar la mañana en el seminario, comer, descansar y dar un paseo, llegamos a esta mansión en la que pasamos la tarde.

Aquí también tuvimos nuestras anécdotas:
Al llegar al sitio, y cuando estábamos entrando en el jardín, vimos que se acercaba una pareja y nos preguntaron si se podía entrar ahí.
La razón es que a ellos también les gusta ver lugares abandonados y al oir el ruido de los Walkies, creyeron que éramos policías.

Estuvimos algunos hablando con ellos mientras otra parte del grupo intentaba entrar por un acceso complicado; pero no encontrábamos otro.
Les preguntamos si tenían alguna web o blog, pero dijeron que no. Ellos se dedican meramente a ver los lugares abandonados; sin hacer fotos ni nada.
Nosotros les dimos los datos de nuestras páginas.

Después de estar un rato merodeando por los alrededores del castillo, nuestros nuevos amigos enontraron una "Umpientrada" de bastante más fácil acceso que la anterior.
Empezaba así nuestra segunda incursión urbex del día.

Entramos todos juntos, pero una vez dentro, volvimos a separarnos de igual manera que en el abandono anterior; pero algunos íbamos menos equipados.
Como en principio no sabíamos que fuésemos a entrar, no cogimos todas las cosas de los coches.
Yo sólo tenía conmigo en los bolsillos la cámara y el móvil; habiendo dejado en el maletero la mochila con la linterna y demás trastos.

Había zonas muy oscuras en la casa, pero no supuso gran problema porque el móvil de Marc tiene linterna y es la que utilizamos.

Como en el abandono anterior, a veces al ir de una estancia a otra nos cruzábamos en algún punto con nuestros compañeros de exploración, o con nuestros nuevos amigos. 

Un bonito rincón que se mantiene relativamente bien; aunque la estantería está apunto de caer.

Debido a que algunas fotos salieron borrosas por falta de luz, no alcanzo a ver bien de qué año es el calendario; y no lo recuerdo pero creo que era del '75 o '76.

Detalle de tazón.

Un pasillo. Cómo me gustan los pasillos; sobre todo los abandonados.

Algunos platos aún colocados en su sitio; mientras que otros han caído ya.

Encima del marco, vemos una botella y una rata disecada.

Los platos, aún colocados en el escurridor, como recién fregados.

Pequeño cuarto dentro de la habitación de la foto anterior; así que supongo que sería un vestidor o algo por el estilo.

Polvoriento espejo con huellas de gente que ha pasado anteriormente por el lugar.

Un periódico del año 1972.

Periódico del año 1975. En esta habitación había muchos periódicos antiguos con los que nos entretuvimos un rato leyendo.

La ropa colgada en la percha dentro del armario.

 Botella aún con parte de su contenido.

Otros cuartos eran sólo almacenes de muebles y trastos.

Desde esta terraza las vistas eran magníficas.

A ese otro lado, donde está la biblioteca, era muy difícil pasar.

Esto es de nuevo en la sala donde estaba la rata disecada

Desde lejos se distingue la capa de polvo que cubre la mesa.

Esta zona de la casa era más modesta; probablemente para el personal de servicio.

Además, estaba más deteriorada con respecto al resto.

Material de limpieza.

De vuelta a una de las habitaciones en las que ya hemos estado.

¡Hasta un rollo de papel higiénico sigue ahí viendo el pasar de los años!

Otra curiosidad que vimos: Fotos impresas en pequeños cristales; la forma de hacerlas cuando no existían carretes, según me explicó Jose mientras las estábamos viendo.

Algunas estaban muy estropeadas, o pegadas unas a otras y no se veía nada ni era posible despegarlas; pero en otras sí distinguía bien a los antiguos moradores de la mansión; como ésta de debajo en la que se ven claramente dos niñas gemelas.

Estuvimos mucho tiempo explorando la casa; pues era bastante grande y no la vimos toda porque había una zona a la que era difícil acceder. Concretamente, la biblioteca; Álex y Jose pasaron, de una forma muy arriesgada, y nos trajeron algunas revistas y más fotos para mirar.

Cabe recordar el cuidado que hay que tener siempre que estemos en lugares abandonados; pues Álex sufrió un corte en un dedo, con uno de los cristales; pero Sara iba bien preparada: Llevaba un botiquín; así que le puso remedio en seguida. 

Esto es lo más antiguo que vi y que me sorprendió. Son estas revistas del 1924 prácticamente intactas.

Todos esos detalles nos pueden dar una idea de los años que debe de tener el edificio; nunca había visto un documento original que datara de tan antiguo.

En  este punto estábamos ya todos de nuevo juntos en la sala  presidida por la gran mesa de billar, cuando se acercaba la hora de irnos.
Nos despedimos de nuestros nuevos amigos, esperando volver a estar en contacto si ven nuestros blogs y nos escriben; ya que no nos intercambiamos los correos.

Eran ya poco más de las 8 de la tarde; así que llegaba el momento de irnos antes de que oscureciera.

Salimos de esa gran casa en la que sí tuve que tirar más del flash para hacer las fotos; ya que el trípode también nos lo habíamos dejado en el coche.

Aquí terminamos la exploración y con ella un día bastante disfrutado; con unos buenos amigos.
Un día bien aprovechado en todos los sentidos: Estuvimos haciendo lo que más nos gusta, nos conocimos en persona después de tiempo en contacto sólo por Internet, y en cada uno de los dos abandonos visitados nos encontramos con gente agradable.

Para finalizar, fuimos a tomar un último aperitivo; y posteriormente, llegó el momento de la despedida del grupo.
De Marc me despediría un poco más tarde; pues él me llevó de vuelta a casa; ya que estábamos a unos 20 Km.
Antes de partir, nos hicimos algunas fotos para la posteridad; y aproveché también para enfrentar mi timidez y decirles a todos que el principal motivo de mi viaje era que quería conocerlos.
Y no me arrepiento. Me lo pasé mejor que nunca y llegué contentísima a casa. 

Espero que esa no haya sido la única vez que nos hayamos visto; espero poder acortar la distancia para repetir la experiencia en más ocasiones.
Sólo faltó Umpi; con quien también habíamos quedado para este día Urbex pero no pudo venir por motivos personales; pero no pasa nada; ya habrá otra ocasión.

Terminé el día, ya en casa, hablando por teléfono con Carlos; otro buen amigo y explorador de otro lugar, al que también quiero ver algún día. Me llamó y estuvimos charlando un buen rato.