Y es que el colegio es como el segundo hogar de los niños; donde más tiempo pasan después de en su casa. O incluso más, en caso de que se trate de un colegio internado como el que hoy os presento.
Este colegio religioso se utilizaba además en la época estival para clases de apoyo, idiomas, y para campamentos de verano con sus diversas actividades.
Sin duda, quien haya conocido y disfrutado de esta edificación en su época de esplendor, le resultará más chocante ver el estado en que se encuentra actualmente.
Después de un largo parón de casi nueve años, he vuelto al blog para ofrecerles este reportaje que es muy importante para mí, no sólo por el lugar y por la compañía; sino también porque marca un antes y un después en mi recorrido por los abandonos y por la vida.
Se trata del primer lugar que he visitado tras mi traslado a la península; y muchas cosas han cambiado desde entonces. Ya no hago este tipo de exploraciones yo sola, como hacía en Lanzarote. No lo veo igual de seguro que allí.
Por ello, por el trabajo, y otras circunstancias es que ya no he podido explorar ni publicar con la misma frecuencia con que lo hacía antes.
Sin más preámbulos, paso a mostraros las fotos de ese lugar; el cual no sé cómo estará ahora, porque la visita fue hace 9 años. Muchos cambios debe de haber sufrido desde entonces; al igual que ha ocurrido con mi vida.
Al llegar, nos encontramos la entrada principal tapiada; pero no tardamos en encontrar otro hueco.
Vista general del edificio que nos disponemos a explorar.
Al entrar en las dependencias, esta es la primera sala que nos encontramos:
Era una habitación diáfana; creo que se trataba de un cuarto de lavandería o similar.
Llegamos a lo que parecía ser el salón de actos.
Pasillos; lo más atractivo de los sitios abandonados.
Un juego.
Más restos de tizas.
Un borrador de la pizarra, muy bien colocado, como esperando a volver a ser usado.
Libros de idiomas.
Aquí se conservaban las cortinas perfectamente.
Aún había papel en el dispensador,
Y la escobilla también intacta.
Aseo bien conservado.
Muchas cosas de cristal sin romper. Algo muy difícil de encontrar en lugares abandonados.
Llaves; seguramente, de las habitaciones, por su numeración.
Aquellas míticas colchonetas de Educación Física.
Libro de partituras.
El gimnasio.
En estos lavabos había muchas plantas.
Una pantalla de diapositivas.
Aquí había muchos libros intactos y perfectamente colocados y ordenados.
Llegamos a una zona de internado; donde nos encontramos esta habitación compartida.
Su baño con su ducha, todo en perfecto estado de conservación.
El altar.
La verdad es que había muchísimos detalles ahí olvidados.
Llegamos a la cocina; encontrándonos en primer lugar esta zona de Office.
Los grandes fogones, con su campana extractora.
Sorprende que nadie haya roto nada; algo bastante común, desgraciadamente, en los sitios abandonados, o "Sitios de nadie", como yo los llamo.
Los platos seguían como si estuvieran listos para su uso.
Veamos ahora la zona de la iglesia.
También aquí se conservaban intactas sus coloridas cristaleras.
El cajón del cura.
Depósito del agua bendita.
Gran dormitorio grupal; con toda una pared llena de armarios para todos sus ocupantes.
Las camas estaban todas apiladas.
Los lavabos de los alumnos de dichos dormitorios.
A continuación encontramos más aulas... Y luego más dormitorios.
Este nos hace pensar en las largas noches de un profesor preparando la clase del día siguiente, o corrigiendo exámenes.
¿Cuál habrá sido esa última noche?
¿Cuál habrá sido esa última noche?
Aquí aún estaba el vasito del cepillo de dientes, y un pequeño peine.
Observamos nosotros también desde la ventana, el lluvioso día.
Un expositor de cartulinas.
Telar con medio trabajo elaborado.
¿Cuánto tiempo llevará ahí intacta?
Aquí se notaban más indicios de la existencia de algún morador.
Por este pasillo llegamos a más habitaciones:
Un armario lleno de uniformes de los alumnos.
Creo que es el sitio abandonado más completo en cuanto a detalles prácticamente como nuevos que he visto.
Y decimos adiós; en aquel lluvioso día en el que incluso terminó nevando cuando nos fuimos más hacia el norte en aquel gran paseo.
Hasta aquí el reportaje de hoy; espero que os haya gustado; ya que se ha hecho bastante de rogar... Y que haya compensado tanto tiempo sin publicaciones nuevas; espero que no pase casi otra década sin actividad; ya que aún tengo otros reportajes en el tintero.
¡¡Un saludo a todos!!