Seminario

Esta exploración ha sido diferente en todos los aspectos.
Por primera vez, me encuentro visitando un conocido abandono por el que ya han pasado muchos exploradores; también conocidos. Por ello, por primera vez hago un reportaje de un lugar que la mayoría de gente ya conoce de haber estado ahí o de haber visto otros reportajes anteriormente.

Esta fue una de las por ahora pocas visitas que no he hecho sola. La he hecho en compañía de los exploradores: Jose, Sara, Álex, Marc, Fraile Alegre, Xanadú e Igor.

Un agradable día en el que durante mis vacaciones, conocí en persona a estos amigos y exploradores; con quienes ya llevaba tiempo hablando a través de Internet y con los que me gustaría repetir la experiencia de volver a explorar juntos algún lugar abandonado más.

Quedamos por la mañana en un lugar; y al encontrarnos por primera vez y presentarnos cara a cara, nos pusimos en camino.
Después de ir a un par de sitios en los que no pudimos explorar ampliamente, (El primero porque estaba cerrado y el segundo porque estaba en estado muy ruinoso), fuimos a tomar algo y comprar unos bocadillos para el almuerzo; para, acto seguido, encaminarnos hacia el abandono en el que pasaríamos la mañana.

El sitio que visitamos durante esa mañana, era un antiguo colegio religioso; un lugar bastante grande y que dio para mucho.

Nos separamos por grupos de 2 o 3, yendo cada uno por su lado pero sin dejar nunca de estar comunicados mediante los Walkies que tenía el grupo (Yo no tenía)
Yo iba con Marc; quien me iba explicando cosas sobre el sitio, además de aconsejarme de cómo hacer mejores fotos.
Yo siempre usaba el flash; pero me dijo que sin él salen mejor. El problema es que me salen movidas o borrosas; para hacer buenas fotos sin flash en zonas poco iluminadas es necesario un trípode y yo no tengo. Marc me prestó el suyo; y así, conocí una nueva forma de hacer fotos, bastante interesante.

El momento más llamativo de la exploración fue cuando a Marc y a mi nos llegó a su Walky el mensaje: "Tenemos compañía". Es decir, que había alguien más dentro de ese lugar.
Al preguntar él si se trataba de la buena o de la mala, no había problema: Era una familia que también estaba explorando y haciendo fotos; al igual que nosotros.
Como iíbamos cada uno a nuestra bola, a veces nos cruzábamos con nuestros compañeros de exploración y otras veces con alguno de esos nuevos exploradores.

En uno de los encuentros con éstos nuevos amigos, se dispusieron a hacerle una foto a la escalera donde en aquel momento estábamos nosotros. Nos apartamos pero ellos dijeron que querían que saliéramos; así que yo, que me gusta tanto hacer fotos como salir en ellas, me coloqué.

Seguimos explorando el lugar un poco más y luego al salir fuimos a una casa cercana que, aunque se veía descuidada, no estaba en realidad abandonada porque en el corral habían gallinas. Por ello, no entramos.
Eran ya las dos de la tarde; así que fuimos a los coches a comer los bocadillos que habíamos comprado por la mañana, descansamos un poco (Hacía muchísimo calor; así que surgieron incluso comentarios de ir a la playa, pero abortamos la idea porque no teníamos bañadores) 
y luego fuimos a otro abandono en el que pasaríamos el resto de la tarde y del que haré otro reportaje. 

A continuación, os dejo las fotos del seminario:

Detalle de la pila de agua bendita.

 La capilla.

Detalle de las cristaleras.

Una de las zonas que más me gustaron. Y es que lo que más me atrae de los sitios abandonados; además del ver cómo la vegetación recupera su lugar, son los pasillos.

Largo pasillo con puertas a ambos lados; lo más cargado de intriga en los abandonos.

Libros olvidados de alguien que estudió ahí por última vez.

 Por fin llegamos a un aula en el que se conservan sus pupitres.

Otro pasillo mucho mejor...

 Una cocina.

Reforma o ampliación que no llegó a terminarse.

El piano... En otros reportajes lo había visto entero; pero en el momento de nuestra visita ya no le quedaba ninguna tecla.

Lo que fue una bonita fuente, hoy llena de basura y agua estancada putrefacta.

Otra fuente.

Una columna con bonitos azulejos de colores.

El abandono visto desde lejos, antes de marcharnos a comer una vez finalizada esta primera visita.