Casa en estado ruinoso

Aunque al ver un abandono desde lejos demos por hecho que no hay nada que ver, nunca está de más echar un vistazo; para eso somos exploradores.
En esta ocasión, he visitado una casa en estado bastante ruinoso, pero donde aún quedaba algún pequeño detalle.

Debido al mal estado de esta pequeña vivienda de dos plantas, fue imposible subir a la segunda planta. Era muy arriesgado; en las fotos se verá el estado del techo, el suelo, y todo el espacio en general.
En su jardín hay incluso un pozo que antaño estaba bien construído, pero actualmente el muro de alrededor se ha caído, estando el agujero estaba directamente en el suelo; por lo que las precauciones a tomar en el lugar, se multiplicaban hasta el infinito.

La casa lleva abandonada muchos años; pregunté a mis tíos y ellos desde que se acuerdan, desde que llegaron por primera vez al pueblo, siempre la han visto así.

Vemos primero sus zonas exteriores.

Aquí está el pozo.

Protegido con un palet para evitar posibles caídas. (Quien sabe si no habrá habido ya algún accidente; es muy común que se tomen las medidas oportunas cuando pasa algo)

Nos vamos acercando lentamente y con precaución.

Nos asomamos y vemos que hay agua.

A unos 4 segundos de distancia al tirar una piedra.

El porche; desde el cual se accede a distintas habitaiones y se sube al segundo piso.

Aquí vemos el estado de esta parte del techo; motivo por el cual no se puede pisar con seguridad la segunda planta. Subí, pero me quedé en el último escalón y desde ahí hice las fotos.

La habitación contigua vemos que sí está bastante derruída.

Ahora subamos.

Al tomar la curva, ya vemos que al menos una puerta queda.

Subimos con cuidado, porque mira lo que nos encontramos apuntando directamente a nosotros; vemos que tiene un tornillo que podemos clavarnos.

Y arriba, la sorpresa. Por muy ruinoso que esté un abandono, ¿Por qué no probar a visitarlo? Puede que no haya nada que ver, pero también puede que sí. Somos exploradores, pues no debemos despreciar nada que pueda verse.

Donde desde fuera parecía que no habría absolutamente nada, encontramos una mesa.

Como ya dije antes, me quedé ahí; en la escalera, al lado de la puerta rota. Era un peligro caminar por el segundo piso teniendo en cuenta el estado del inmueble. El agujero que se observa en el suelo, conecta con la parte del techo que vimos en especial mal estado abajo.

Observamos el grosor de la pared. Muy típico en casas antiguas, pudiendo verse también actualmente en determinadas zonas según sus características meteorológicas, como método aislante de temperaturas extremas.

¡¡La exploradora!!

Hasta a lugares perdidos en la montaña llegan los grafiteros; y puedes encontrarte incluso tu nombre.

Vemos que arriba se conservan más infraestructuras que abajo... Será debido al peligro de acceso a la zona superior; ni los amigos de lo ajeno se atreven.

 Un último rodeo antes de irnos.

Hasta aquí el pequeño reportaje de hoy; un lugar pequeño; pero como lugar abandonado que es, tiene su encanto y su misterio aunque no sea grande, ni tenga muchos detalles que ver y esté a punto de venirse abajo.

Antes de que eso llegue a pasar, dejo constancia de mi visita al lugar.

Y como estamos a día 2 de Noviembre, cabe recordar un reportaje que hice el año pasado con motivo del 31º aniversario; pues ha pasado un año más y ayer se cumplieron 32 años de aquel incidente; 32 años que lleva el barco encallado y abandonado en la costa. 

Recordemos, pues, el Telamón.